24.10.10

Restaurante Junk Club en La Musa Latina: "El menú dominguero"


Gran descubrimiento. Menú por 19.50 un domingo en plena Latina. "El menú dominguero" de La Musa, sólo lo sirven en la planta baja del restaurante, el speakeasy de La Musa, el Junk Club. Hoy había lista de espera arriba y en la terraza hay que pegarse, el primero que ve mesa vacía va a por ella. Todo lo que comimos estaba buenísimo (sin exagerar). La decoración es kitsch, desordenada, como de casa de abuela y local okupa (ellos dicen en su página Facebook que se inspiran en el Rastro. "Para la decoración el SR. BONET se ha apoyado en Marlene Albadalejo, diseñadora industrial con tienda de muebles vintage en Mallorca y responsable de diseño de la firma de calzado Carmina Albadalejo"). Hay hilo musical superalternativo (pedimos varias veces que bajen el volumen). Y los camareros van vestidos con chaqueta color beige entallada, serios, estilo Guille Milkyway (wiki), pero con una chapa en la solapa con su careto de desfase (Juanda, el nuestro, no sonríe, como si fuera marca de la casa; otro que nos dice que hoy es su primer "dominguero" es más simpático y le quita ese rollo alternativo guay que le sobra, pero que choca con el entorno. En el fondo, nos hace gracia). Nada más sentarte te invitan a un plato de queso parmesano con picos. Muy rico. Y esto es sólo el principio. Dicen en su Facebook: "La gastronomía trata de homenajear los platos de siempre, algunos de ellos olvidados o maltratados por el tiempo, todo ello con toque de humor".
Todo el menú es una sorpresa, por la presentación y por su calidad. Se compone de un primero con varios entrantes, al que llaman plato picnic: ensalada (lechuga, cebolla, tomate y aceitunas andaluzas), dos croquetas de jamón caseras y mini-tortilla de patatas. Los tres entrantes se sirven en un recipiente de metal de tres pisos. Te los traen del tirón, pero si los mantienes tapados no se enfrían. Cada uno tenemos un plato de diferentes vajillas y los cubiertos son del año de la tana, de esos de plástico color amarillento. Pero no da mal rollo. Sólo inspira nostalgia.
Pedimos cerveza. Las hay de tres tipos: rubia (Warsteiner), más fuerte (Leffe) y negra (no recuerdo marca). Si pides más bebida, te sale cada birra por tres euros (la primera va incluida en el menú). El pan es de barra, cortado a trozos. Te lo ofrecen en cualquier caso.
Luego traen los segundos. En el menú puedes elegir entre cuatro platos. Nos faltó probar los huevos con foie. Todos deliciosos. El salmón marinado, una pieza generosa, va acompañado de tomate y espinacas. El plato, a juego, en verde.
También tienes la opción pizza bomba servida en un miniplato blanco: una especie de calzone en bola relleno de queso y espinaca, y cuya salsa está algo picante y gustosa.
Pero de los tres el plato rey es la hamburguesa. La carne es de buey, con aguacate, cebolla, lechuga y tomate, y un pan con sésamo exquisito. Te lo sirven en un plato hondo metálico, con tres salsas: mostaza, ketchup y mahonesa.
Acorde a los platos, las mesas rústicas, las sillas de diferentes estilos... están también las lámparas. Sobre nuestra larga mesa estaban éstas metálicas. El salón está en una especie de cueva. Había otra habitación antes de entrar, pero hacía más calor.
Para el final postre o café. Nos tiramos al dulce, pero hay poco donde elegir: o flan de queso con nata (que es lo que tomamos todos, muy bueno) o polos (los tienen de varios sabores y los sirven de forma muy casera, en recipientes metálicos con un palo de madera).
Cerca de nuestra mesa había un sofá con sillas donde comía una familia, frente a este televisor, que emitía una película de dibujos de La pantera rosa. Sobre la TV un tapete de esos de ganchillo. Y en la pared de ladrillo visto, una foto de una señora (¿era madame Curie?) y una muñeca descabezada.
Nuestra mesa estaba cerca de la puerta de la cocina, donde puedes ver a nuestro camarero y su chaqueta beige. En la pared, cientos de libros antiguos abiertos.
Esta alacena repleta de cosas de aquí y de allí también se encontraba en el salón.
Y llegó la cuenta. El ticket dentro de una caja de metal de tiritas. El punto final. No olvideis pasaros por los baños... (web oficial) (menús)

2 comentarios:

fallerella dijo...

me encantan tus recomendaciones de ocio en Madrid, siempre que las leo me entran ganas de cogerme un AVE y irme pa' alla a a pasar un fin de semana o varias semanas!! ajjaja

Me parece muy original la idea. Lo de las merenderas si algun dia pusiera un restaurante me lo pienso copiar!

Mariló García dijo...

jaja, me alegro que te alegres, siempre hay cosas nuevas en madrid de las que ni nos enteramos...