23.9.14

The Good Wife 6x1 The Line: encerronas a tutiplén

(resumen de la quinta temporada de The Good Wife aquí)

Cary de fiesta (Cocktails!), de Glee a The Good Wife (pobre)
Regresa The Good Wife con su sexta temporada como si nunca se hubiera ido. Todo parece como antes: Eli (¿y ese eyeliner?) sigue insistiéndole a Alicia para que se presente a fiscal del Estado (y ella negándose), Kalinda sigue sin decidirse por la carne o el pescado (pobre Cary) y Alicia sigue su alianza con Diane, cansada ésta de las alimañas de su bufete (David y Louis, tal para cual). Pero tras esa sintonía de música clásica, un imprevisto pone patas arriba el discurso: Cary es arrestado por tráfico de drogas (y vete tú a saber). Una encerrona que (¡ole sus guionistas!) logra reunir a todo el elenco en torno a un personaje secundario (no lo olvidemos) y su circunstancia. A todos les salpica y abre una puerta para ver en The Good Wife cómo se la juega un antiguo ayudante del fiscal entre rejas (¿Orange is the Good Wife?). Cameos wtf!: el detective que arresta a Cary es John Ventimiglia, más conocido como Artie Bucco en Los Soprano (el del restaurante Vesuvio), y Lenny Venito, el policía que le obliga a seguir la línea amarilla del título, el padre humano Marty Weaver de The Neighbors (Vaya vecinos!). Pero el más molón: el tipo de la camiseta Cocktails es Jonathan Coulton, el compositor de la música de Glee.

a partir de aquí spoilers del episodio
Que no te arresten, porque "tu novia" Kalinda se irá con otra harta de esperarte en el bar Coral y tu socia Alicia intentará cerrar el trato con Diane sin ti. Cary, el rubito guapo tras los barrotes (¡vaya exhibición de pectoral!), lo lleva crudo ahí dentro. Pero todos le apoyan, son una piña, están con él. Con lo que fue Cary de chungo en algunas ocasiones. Kalinda peca de impaciente (y de querer echar un polvo, claro), lo que la lleva a otra encerrona (cuando se mete en la cama pierde sus poderes). También le vale para averiguar que en el grupo del dealer Bishop hay un infiltrado de la policía (Sophia, su amante, habla). Kalinda siempre se mueve así: de un error personal (¿pasional?) normalmente logra un acierto profesional. Mientras Bishop consigue la pasta, obliga a parar su investigación. Está claro lo que esconde, pero ¿hay algo más que no sepamos, quién es el infiltrado, a qué juegan? Otra encerrona es la que le hace Finn, fiscal del Estado, a Alicia, no sólo al presentarse en el caso contra Cary, si no haciéndolo puñeteramente difícil para la que se creía su amiga. ¡Aquí ya no hay rollo entre estos dos, ni de coña! Él se justifica por la muerte de su hermana por sobredosis, pero Finn, acabas de cavar tu propia tumba por lo menos para mí. Más encerronas: la que le hace Eli a Peter, cuando convoca una cita con el actual con Catro, fiscal del estado (el Observer). Su enfrentamiento provoca que Peter, reacio a apoyar a su mujer, esté convencido de hacerlo ahora. Así que Alicia contará con su ex marido, un personaje que siempre, a pesar de la separación, logra hacerse con un hueco en la vida de la protagonista. La pincelada de humor la pone la becaria sin bragas, obsesión de Eli y posible nuevo juguete de Peter, un señor con canas al que siempre le perseguirá este sanbenito.

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