29.10.14

El tiempo de los amantes, Gabriel Byrne y el destino

Taciturno, qué se le va a hacer– sorprende no sólo ver a Gabriel Byrne (En terapia) en una película francesa, sino que su director pretenda que nos enamoremos de él, de Doug, a través de los ojos de la protagonista, Alix (Emmanuelle Devos). Alix y Doug no pueden evitar cruzar sus miradas en un tren. Para el espectador, un voyeur de la escena, no son más que dos extraños que entablan conversación, sin que su relación vaya a más. Y, sin embargo, queremos que lo que la casualidad ha unido no lo separen las circunstancias. Y así es El tiempo de los amantes, esos minutos en los que Doug y Alix están juntos, cuando se vuelven a reencontrar tras la separación, como si el destino –o el tesón de Alix– los empujara a permanecer unidos. No hay mejor historia de amor que la que parece imposible. Que estas dos personas en la plenitud de sus vidas se dejen seducir, amen sin reservas y no teman lo desconocido me sigue pareciendo una de las cosas más bonitas que se pueden ver en un filme. El tiempo de los amantes mantiene, además, el suspense a pesar de la inevitabilidad de esos reencuentros, algo que le debemos a Bonnell, que consigue con muy poco (un puñado de secuencias le bastan, dos grandes actores) embaucarnos con este drama romántico. Queremos que Alix y Doug tengan la oportunidad de conocerse, aunque no sepamos nada de ellos [Crítica publicada en Cinemanía de noviembre] El tiempo de los amantes (Le temps de l'aventure (Just a Sigh), de Jérôme Bonnell, se estrena en España el 21 de noviembre.

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