Brian de Palma dirigió Carrie en 1976. El año que viene se cumplirán ya 50 años del estreno de la adaptación de Stephen King protagonizada por Sissy Spacek. En este post resumo algunas de las curiosidades que se pueden ver en el dvd.
"Si eres aficionado al cine de terror… invita a Carrie al baile de fin de curso", decía la publicidad de la película. La recaudación superó notablemente 11 veces el coste de la película.
La mejor película de terror desde Tiburón
La historia visceral, terrorífica de una joven reprimida capaz de transformar sus poderes de telequinesia en un castigo hacia sus compañeros de colegio encendió un acorde resonante dirigido a todos aquellos que alguna vez se han sentido culpables de haber insultado o agobiado a un discriminado, y por otra parte, a todos aquellos que recuerdan con amargura haber sido tratados como uno de ellos. "Desde la primera escena, Carrie cautiva la mente, se apodera de ella haciéndola estremecerse enérgicamente y rehúsa salir de ella incluso cuando los créditos finales de la película aparecen en pantalla", dijo Richard Schickel en la revista Time. Nos encontramos ante "la mejor película de terror desde Tiburón, una aterradora y lírica descarga emocional", enfatizó Pauline Kael en 5001 Noches de cine. Y el antologista cinematográfico de la edición de 1998 de The Movie Guide aclamaba a Carrie como "una película perteneciente al género de terror que marcaría una época".
Sissy Spacek se llevó el papel por su look
Brian De Palma deseaba en un principio que Sissy Spacek interpretara el papel de Chris Hargenson (la joven malvada, interpretada por Nancy Allen). Spacek, sin embargo, tenía otro planteamiento. Se presentó en la audición con un vestido confeccionado por su madre cuando estudiaba en el instituto. El aspecto de la actriz parecía tan delicado y su estilo se encontraba tan lejos de la moda que De Palma comprendió inmediatamente que había encontrado a Carrie. Piper Laurie, de la misma manera, asoció la audiencia como una declaración de imagen, vistiendo la clase de indumentaria que imaginaba que la fanática madre de Carrie elegiría. Aquella audición, unida a su talento, le sirvieron para obtener el papel. La actriz regresó a los estudios de grabación por primera vez desde que en 1961 rodó El buscavidas. "Resultó muy emocionante", comentó Laurie sobre el rodaje de Carrie. "Todo el equipo nos reíamos a carcajadas al finalizar el día de rodaje, especialmente durante la grabación de la escena en la que me encontraba atrapada por todos aquellos cuchillos".
La actriz se aisló durante el rodaje
Spacek sabía que para ser capaz de interpretar a una persona inadaptada en la pantalla necesitaría convertirse en una persona aislada también fuera de las cámaras. "Carrie debía ser un poco confusa, desconcertante a veces, para que las otras chicas motivos para justificar su conducta, así que centré y trabajé duro para convertirme y comportarme como lo haría alguien de esas características", explicó la actriz. "Me obligué a no confraternizar con los demás actores". La inmersión de la estrella en su personaje se hizo extensible: "Me ocultaba en mi camerino a menudo. Me escondía en las esquinas oscuras del estudio y miraba sin que nadie lo advirtiera". "Mi armario estaba repleto de libros religiosos… no quería que hubiera nada alrededor que pudiera distraerme o recordarme al mundo de Sissy Spacek".
La famosa ducha de sangre fue peligrosa
Fuera de las duchas… en un baño de sangre. La sangre derramada que cae sobre el hermoso vestido rojo de Carrie durante la escena del baile no era sangre real, por supuesto, sino una sustancia creada por el director de efectos especiales, Gregory M. Auer y su equipo. Auer agregó colorante rojo, verde y amarillo a una mezcla conocida en la industria cosmética como sangre 7-11. Los problemas surgieron cuando el calor de los focos del plató provocó que la sustancia se secara y se adhiriera a la piel de Spacek, formando pegajosas manchas rojas en su cuerpo. La solución: un técnico se encontraba preparado con suficiente agua y rociaba a la actriz cada vez que la "sangre" comenzaba a adherirse. Spacek imaginó que estar cubierta de sangre no iba a resultar desagradable… al principio. "Mi reacción inicial fue como si se tratara de una sensación confortable y sensual sentirse cubierta por un líquido caliente y húmedo, pero tras varios días, era difícil soportarlo, incluso para mí".
Los falsos cuchillos que sobrecogían
Para Auer, la secuencia en la que Piper Laurie, interpretando a la madre de Carrie, resultaba atacada con numerosos cuchillos, suponía un gran reto. Transformó los cuchillos con hojas plegables y cables transparentes. En el “lanzamiento”, los cuchillos atravesaban como un rayo la habitación parándose cuando golpeaban el equipo de protección de Laurie. Una vez que el cuchillo golpeaba a la víctima, la cámara dejaba de rodar, el arma era retirada y el cuchillo permanente se colocaba en su lugar. El proceso se repetía hasta completar la escena (una de las secuencias más impactantes y sobrecogedoras de Carrie e incluso de cualquier otra película de la historia).
La casa debía ser de cuento
Jack Fisk, uno de los directores de arte de Carrie, sabía que debía proporcionar la debida apariencia a la casa habitada por Carrie. "La película ofrecía un aspecto de fábula, así que comencé una minuciosa búsqueda para encontrar un modelo de casa pequeña, reducida y agobiante". En Piru, una pequeña ciudad a 80 millas de Los Ángeles, Fisk encontró la casa ideal, cuya apariencia y estilo arquitectónico le proporcionaban un aura fantasmal. Un modelo a escala de la casa fue construido, y después destruido por las llamas en el infierno culminante de la película.
El armario tenía la puerta del revés
El misterioso armario donde Mrs. White encierra a Carrie para que sufra su castigo también requirió una atención especial. "Lo situamos en el centro para que actuara como el corazón de la casa, dando la impresión de que el espacio era realmente reducido". Situándolo bajo las escaleras le proporcionaba una perspectiva desigual y dureza al ambiente, e incluso la idea de estar atrapado se acentuaba. Colocamos la puerta al revés, obteniendo la imagen de una cruz formada por los paneles de la puerta. Para conseguir un toque inquietante y perturbador dentro del armario, Fisk introdujo alambres dentro de un crucifijo de yeso para que la figura de Jesucristo pareciera el cuerpo perforado de St. Sebastian. Su boca se abría con un desgarrador grito y el pelo de yeso se sustituía por el de Mrs. White. En ese momento, para intensificar el sentimiento de terror, se añadía una luz controlada por una roseta situada detrás de los ojos de cristal de dicha figura, de modo que su mirada podía resplandecer o volverse sombría según requiriera la historia en cada situación.
La mano del final es la de la actriz
Su personaje puede que ya no se encontrara dentro de la historia, pero en la última escena de la película, Sissy Spacek todavía poseía el poder para echar una “mano” a la producción de la obra. De forma literal. La mano salpicada de sangre del cadáver de la difunta Carrie abalanzándose desde la lápida para arrebatar a Sue Snell (Amy Irving), proporcionaba un impactante sobresalto que ningún espectador podrá jamás olvidar. Normalmente, la escena requería los servicios de un especialista. Pero Spacek decidió protagonizar la escena ella misma, introduciéndose en el foso y empujando su mano una y otra vez a través de los escombros de piedra mientras las cámaras rodaban. "¿Cuántas veces vas a ser enterrada viva sabiendo que tu vida no corre ningún peligro?", comentó la actriz. "Sentí un poco de claustrofobia, pero aún así resultaba excitante. Lo que me parecía gracioso de la escena es que ahí se encontraba Amy Irving tan hermosa y serena, y aquí estaba yo enterrada con mi mano sobresaliendo… realmente adoro esta escena". Y ese mismo sentimiento es compartido por todos aquellos espectadores que han tenido la oportunidad de conmoverse con la última escena final.
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