Madrid, a tope. Que no se te ocurriera colarte. La gente, abucheaba. Pero también aplaudía a la vírgen. Todo como al mismo tiempo.
A no ser que pills un balcón o te subas a algunas escaleras es casi imposible ver algo. La gente se agolpa y se imagina lo que no ve. Pero les hace ilusión y supongo que es cuestión de fe.
Antiguamente había puestos. Hoy perduran, como estos de patatas fritas. Un clásico.
Primera parada, una caña en el Torero muerto, en la calle de la Cruz.
De tapeo por Echegaray.
Queríamos tomar algo en el nuevo Alatriste...
... pero estaba hasta arriba. No pude reprimirme e hice la foto del cuadro de las Lanzas, dentro.
Acabamos comiendo caracoles, cerca de la Puerta de Toledo. Este sí que es un clásico. A mí me repugnan.
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