Saludos desde China

Yo y mi camiseta de The Office en la Ciudad Prohibida

Holaaaa! Estoy en Beijing, de vacaciones, por fin! Llevo tal jet lag que no he dormido todavía. Aquí son seis horas más, así que nos hemos dado la paliza del siglo. En cuanto hemos aterrizado, tras la escala en Frankfurt, a eso de las 8 de la mañana (para nosotros las 2 de la madrugada) nos hemos ido directos al hotel (tras unas 12 horas de vuelo). El problema es que el Shuttle Bus (por 1 euro te lleva del aeropuerto al centro) nos dejaba a unas manzanas del Park Hotel y cuando hemos parado taxis ninguno nos quería llevar.

Como había unos puestos de voluntarios por los JJ. OO les hemos pedido que hablasen por nosotros, esto en un inglés chapuzas. Y estos son los chavales que van a solucionar la papeleta del idioma (tela). Pues los taxistas tampoco les entendían a ellos. Han tenido que llamar (con el móvil de uno de los chavales, no te lo pierdas) al hotel para que les dijeran cómo ir. Y estamos hablando de un hotel de 4 estrellas en pleno meollo comercial de Beijing (al lado de Tiannamen nada menos).

Cuando por fin hemos parado un par de taxis, el que me ha tocado a mí ha parado en otro hotel y nos hemos hecho todos el lío. Cuando hemos llegado habían pasado como un par de horas desde que llegamos del aeropuerto, con un calor de la muerte (menos mal que no hay la polución que me esperaba). Nos cobran 1 euro, es de coña. Aquí los taxis están tirados pero pararlos es otro tema.

Pero el punto no ha sido éste sino que en positivo al llegar al hotel nos dicen que como no hay cama King Size (la tocha que habíamos pedido cuando hicimos el viaje por internet) nos cambian al hotel de al lado, de la misma cadena. La pequeña diferencia es que por el mismo precio (unos 100 euros noche la doble) nos vamos a pasar los próximos cuatro días en el Regent, un hotelazo de 5 estrellas, con sauna, jacuzzi, piscina, spa y habitación con cristalera abierta a unas vistas increíbles (además de contar con bañera y ducha con dos alcachofas diferentes, en plan abierto al lado de la cama, y, entre otras cosas, internet por cable gratuito, por eso estoy yo aquí).

Con Mao detrás en Tiananmen

No nos hemos dado tregua. Nos hemos duchado y tomado un cafe en el Starbucks de enfrente del hotel (es muy caro porque los chinos no lo beben). Y nos hemos ido de cabeza en taxi a la plaza de Tiananmen y a La Ciudad Prohibida, que son templos y más templos y kilómetros de recorrido. Hace un rato nos hemos bajado a la piscina y al jacuzzi, para esta noche cenar en plan ligero después de dar una vuelta por la zona de tiendas. Mañana nos tenemos que levantar a las 7.30 de la mañana porque nos vamos a la Gran Muralla, con van privada porque no es nada caro, así nos ahorramos el agobio de los taxis que no te cogen (el de de vuelta de Tiannamen ha sido un suplicio...).

Ya os contaré... Tras Beijing, iremos a Xian, Shanghay y Hong Kong, a ésta última regreso de nuevo 18 años después, a ver qué tal. Si tengo tiempo, ganas y sobre todo interneeeeet os seguiré contando...