Los tres pantalones de Hugh Jackman en Australia (y mi odio a Nicole Kidman)

No es que me ponga pesada, que ya sé que Hugh Jackman es el October Cañon Man (miren en la columna de la derecha y acostúmbrense), pero hoy las chicas de Fox me han invitado al pase del making of de Australia, donde semejante Lobezno en camiseta estrecha interpreta a un rudo granjero australiano que enamora a una delicada aristócrata inglesa (Nicole agggg Kidman). Ella se marca un viaje larguísimo justo antes de la II Guerra Mundial desde Gran Bretaña a Australia en busca de su noviete (de éste no sabemos nada) y se encuentra con un rancho gigantesco que sólo puede prosperar si entre los dos llevan hasta allí a nosecuantas reses. Lo de menos es todo este tinglado.

Ciñámonos a la realidad: él podría haber sido Rusell Crowe, pero gracias a Baz Lurhman no lo es. Dirigió Moulin Rouge (de ahí que repita con la Ana Obregón pelirroja) que recuerdo haber visto en el cine conteniendo la respiración. ¡Es apoteósica! Creo que sólo se me ha encogido así el corazón con otras dos: Titanic y Magnolia. En este pase una de las chicas de prensa salió llorando (toma ya) por aquello de que recuerda a Memorias de Africa.

Y no podían faltar los rumore rumore: que si Jackman es gay (norrrrrrrrrr!), que si Lurhman también lo es (si vieseis a su mujer, que habla en el making no os extrañaría) y (esto es fiable 100%) que Lurhman se tiraba de las cejas porque la Kidman se había metido tanto botox que no podía ni gesticular en las escenas de llorar. Impresionante: la fotografía (hasta Anne Leibovitz se fue para Australia) y el vestuario (¡2000 trajes de época!). Sólo a Lobezno le tuvieron que hacer 3 pantacas diferentes: para estar de pie (sic), para las escenas de pelea más anchito (el tipo es un berzas) y para montar a caballo (para que no se le hiciera bulto en el bulto, y no es coña).

Menos mal que está mi Lobezno. Si es por la Kidman me tendría que haber metido un café irlandés de los que hace mi tío Benito (azucar, whisky quemado y café, todo bien mezclado, con un toque de nata), como el de este fin de semana. Para la próxima nos inventamos un quema gargantas que no sea con whisky, please! Lo odio...