
Londres.
Trocadero. Nunca había estado dentro, pero es un gigantesco centro comercial donde además de las consabidas tiendas hay como 3 plantas dedicadas sólo a
recreativos (con tienda manga incluida y bolera). Encontrarme al lado de unas escaleras, mientras intentaba huir de aquel antro ruidoso y lleno de chavalotes, con esta
silla eléctrica me dejó en shock, como si me hubieran dado una descarga en todo el occipital.
Shocker se llamaba, sí, y juraría que en algún momento estas cosas habían sido prohibidas, al menos en EE UU. Very
Bad Taste.
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