Bored to Death 1x7: crea dependencia

Bored to Death crea dependencia. Una de sus bazas es que los episodios se continúan. Hasta el episodio sexto no vemos juntos a los tres personajes (de hecho las fotos de promo de la HBO salen de aquí). Eso deriva en una aventura que los lleva a meterse en líos y arrestados. Como los tres mosqueteros. Como si a Quijote y Sancho se les hubiera unido un benefactor que les puede pagar sus locuras. La vuelta de tuerca le da más enjundia a un (surrealista) producto que me ha vuelto a sorprender. En el séptimo episodio todo encaja. Ray, el gordo, que dibuja cómics, le vende la aventura del sexto episodio al director de la revista (Ted Danson, cuasi-gay), que a su vez es el amigo (y jefe) del prota, Jonathan, el detective de coña. De hecho, Jonathan y Ray firman el cómic en el que aparecen los tres. Pero, ¿qué es lo que une a estos tres colegas? ¿la aventura? ¿la profesión artística? ¿el aburrimiento? Sí, puede ser. Pero lo que realmente hace que los tres se conozcan y se caigan bien son las drogas. De hecho, cuando protagonizan la historia de arriba van colocados de maría hasta las cejas. Lo que decía al principio, va a ser cierto que crea dependencia. Por cierto, este epi acaba con un Continuará... Para acentuar el mono.