Crítica. Scott Pilgrim contra el mundo: una película de culto, en 10 puntos

Desde el mismo momento en que se parió la idea, la versión cine del cómic de Scott Pilgrim (en España lo edita DeBolsillo, seis entregas) tenía todos los ingredientes para convertirse en película de culto. Me extraña que se haya tardado tanto, no sólo en hacerla, si no en estrenarse en España (ayer). De hecho, yo la he visto en blu-ray. No he leído los cómics, ni falta que hace. La peli es el cómic, de una forma tan meticulosa y excepcional que hipnotiza. Abstenerse enemigos de Michael Cera, de la música cañera y corazones rotos.

Para los demás, Scott Pilgrim contra el mundo es, desde ya, peli de culto. Por ponerme un límite, lo resumiré en 10 puntos.

1. Por su director, Edgar Wright, que nació el mismo día que yo. A sus 36 años ha firmado ya un peliculón (éste), otro (Zombies Party) y la divertidísima Arma fatal (ambas con el grande Simon Pegg). Scott Pilgrim desprende amor por todos sus poros. La ha hecho con mimo, al detalle.
2. Por el cómic de Bryan Lee O'Malley, amante del anime, el indie pop, los videojuegos y un romántico empedernido. Que él esté contentísimo con esta adaptación es suficiente.
3. Por su protagonista, Michael Cera. Confieso que me repatea el estómago su perenne apariencia frágil, de geek pesadilla. Como Scott Pilgrim lo borda. Me encanta ver que tras esa vocecilla débil y casi etérea se esconde un hombre pasional que lucha por su chica.
4. Por la historia, es puro delirio. Alguien que no sepa de qué va se encontrará con que este chaval vive en apariencia una anécdota de lo más normal: ¿quién no se ha enamorado de alguien que no tiene nada que ver con uno? Para luego descubrir, que deberá enfrentarse con cada uno de los ex de la chavala, cual héroe de videojuego se tratase. Esa mezcla de realidad y ficción, de sentimientos palpables en un mundo virtual, hacen posible que, siendo surrealista, nos identifiquemos con las andanzas de este Quijote con muñequeras.
5. Por Kieran Culkin, el amigo gay. Michael Cera comparte su colchón en el suelo con el hermano de Macaulay. Su actuación es memorable. Un tipo cínico y de vuelta de todo, que ve la vida de refilón y empuja a Pilgrim a tomar la iniciativa. Es el primer toque fuera de lo común de un cómic sobre niñatos enamorados (también hay lesbianas).
6. Por la música. Scott Pilgrim y sus amigos tienen un grupo, SEX BOB-OMB. Nigel Godrich ha trabajado mucho con Radiohead, por eso aparece el póster del grupo. Entre los temazos, T-Rex, los Rolling o Broken Social Scene. Los temas que toca realmente el grupo han sido compuestos por Beck. Uno de los componentes, Young Neil es por Neil Young.
7. Por la crítica. La película no escatima en efectos especiales para mostrar lo sucio que es a veces el mundillo musical. Los oponentes de Pilgrim se convierten en monedas 'al morir' y el productor discográfico (Jason Schwartzman) parece un chulo de putas. De hecho, hasta que él no aparece no vemos escenas realmente violentas, con sangre.
8. Por los cameos. Por si la aparición de los 7 malvados ex de Ramona no fueran suficientes (entre ellos, Chris 'Antorcha humana' Evans -cuyo personaje con skater, Lucas Lee, se inspira en Jason Lee, prota de Me llamo Earl- y Brandon 'Superman' Routh), vemos a Thomas Jane (prota de Hung) y Clifton Collins (The Event).
9. Por los guiños poperos. A videojuegos, cómics y cine. Desde la lucha a lo Street Fighter al nombre del grupo, referencia a un juego para la Nintendo. Akira, X Men, Matrix, Tank Girl, Flash Gordon, Legend of Zelda...
10. Por su humor. Porque además de acción, el filme no deja de ser una comedia romántica. Para reiros tendréis que verla!

+Coincidencias con Spaced, la serie.