14.11.10

Restaurante Estado puro, las tapas de Paco Roncero: picoteo delicatessen


Mucho del famoseo que aterriza en Madrid acaba probando las tapas guay de Estado Puro, del chef Paco Roncero. Nosotros comimos en la terraza, porque no había mesa dentro (no reservan). Además, dentro nos tocaba compartir mesa y sentarnos en taburetes, más informal. Fuera, aunque hacía fresco, pusieron estufas y había más cotilleo de la gente que pasaba por el Prado. Eso sí, fuera es más caro. El restaurante, decorado con multitud de peinetas, forma parte del hotel NH (hay peinetas también en los posavasos, en las servilletas...). La carta, en negro, es una especie de sobre individual: dentro encontrarás los cubiertos y una servilleta de papel. Si vas a comer en Estado Puro planteátelo en plan de tapeo frugal. Te puedes quedar con hambre si no quieres gastar mucho. Lo que pagas es la originalidad y la presentación de los platos. Casi todos son reinvenciones de la cocina mediterránea. La tortilla de patata, por ejemplo, se presenta en vaso. O el foie aparece como un helado al corte. Como éramos varios pudimos escoger, con mayor o menor acierto, ocho tapas diferentes. Pero tenéis muchas más. Tapas frías (anchoas, boquerones en vinagre, matrimonio -anchoa y boquerón-, ensaladilla rusa, patatas ali oli, mejillones en escabeche, bocata de chorizo); tapas calientes (mejillones tigre, patatas bravas, manitas de cerdo con talarines de sepia, boquerones fritos, brocheta de cordero adobado, presa ibérica con chimichurri, callos, huevo frito con chipirones, espárragos en tempura con salsa romescu); ensaladas (hojas de cogollos con pechuga de pollo confitada; ensalada japonesa con tataki de atúnn); tostas (cebolleta tierna y brie; jamón con mozzarella y boletus), bocadillos (sandwich Estado Puro; bocadillo de jamón y tomate) y arroces. Lo más caro, jamón ibérico de bellota (100 gr.), 21 euros dentro y 24 euros en terraza. En el menú aparecen un par de símbolos, para platos picantes y para platos divertidos (o que no te esperas que sean así, al menos te avisan).
Piperrada con ventresca de atún (8,75 dentro /11,20 euros fuera). El pan es de barra, no lo cobran, pero hay que pedirlo. Este plato estaba rico.
Mini Burguer con mostaza a la antigua (3 unid.) (10,50/12 euros). Las hamburguesas llevan la carita. Están de muerte, pero son diminutas. Si las hicieran normales serían uno de los platos estrella.
Croquetas de jamón (unidad: 1,95/2,25 euros). No te dejes engañar. Pueden parecer una de las tapas más obvias, pero están buenísimas. Tienen un sabor contundente y son enormes.
Royal de foie-gras con lentejas (5,95/6,85 euros). Este plato también lleva una carita sonriente porque puede resultar raro al paladar. Te lo ponen en una taza (como la del café) con trozos de foie flotando en las lentejas, sin más.
Bueñuelos de bacalao (7,25/835 euros). Muy ricos. Aunque la ración es abundante, el problema es que algunos (los más) van más vacíos que llenos.
Bombas de carne (3 unid.) (4,35/4,95 euros). El que menos nos gustó. No tiene mucho sabor y no se diferencia qué tipo de carne lleva ni la salsa que lo acompaña.
Arroz negro con chipirones (12,95/14,85 euros). Viene en una minipaella. Dos personas pueden comer perfectamente bien como un segundo. Uno de los que más nos gustó.
Caldero de rabo de toro (12,95/14,85 euros). Viene muy bien presentado en esta cazuelita que pesa un huevo. Le faltaba algo de sabor, pero no estaba mal. Aunque de los dos arroces, el mejor, el anterior, el arroz negro.
Tarta de San Marcos (6,50 euros). Los postres, aunque algo caros (aunque ya es lo que se paga en cualquier restaurante un poco medio qué), están riquísimos. Muchas veces he dicho que si el postre es bueno, a uno de le olvidan los pequeños sinsabores que haya podido tener el resto de la comida. Y eso fue lo que nos pasó. El más rico fue éste, que llevaba como una crema parecida al tocino de cielo. Realmente espectacular.
Panchineta (6,50 euros). Hojaldre relleno de crema, con nata y caramelo.
Pastel de requesón con membrillo (6,50 euros). Va con nata y almendras garrapiñadas.
Yo probé un poquito de aquí y de allá pero preferí tomarme un café con leche (1,95 euros) que está muy rico. En cuanto a las bebidas, comentar que pedimos cervezas Mahou (a 2,95 euros el tercio) y vino tinto Ribera (a 2,90 euros, la copa). La cuenta te la traen en una lata que parece cerrada, pero está abierta. En resumen: si pides un par de platos por cabeza y un postre, la comida te saldrá por unos 30 euros. Además, el servicio es impecable (nos atendió un simpático Álvaro). Al menos, es un sitio para conocer si no lo has hecho aún.

2 comentarios:

fjredondo dijo...

El experimento de Paco Roncero en el mundo de los bares de tapas es bastante digno. El local, aunque de decoración un tanto “España Cañí”, es bastante atractivo. El servicio correcto y contando con gente profesional como Fernando Fandiño de jefe de sala. Los precios son razonables, algo más caros que un bar de barrio, pero para la zona en la que se encuentra son incluso moderados. En cuanto a la comida, hay que tener claro cuando visites este local que las raciones de degustación están centradas más en sorprender y descubrirte sabores que en quitar el hambre. Aceptada esta premisa, hay tapas muy dignas (como la ensaladilla), tapas curiosas y divertidas (como la tortilla del siglo XXI), tapas sabrosas (como las croquetas o los mejillones tigre), aunque también tapas algo decepcionantes (como las patatas ali olí). En definitiva un sitio recomendable que merece la pena visitar

Mariló García dijo...

gracias x pasarte y dejar tu comentario!