3.7.11

Restaurante Ramon Freixa: snacks en terraza y menú técnico-emocional

Esta es la terraza del restaurante de Ramón Freixa en Madrid (web), escondida en un patio interior de la calle Claudio Coello, y debajo de un hotel que antes albergaba pisos de bastantes metros cuadrados. Nos contó la gente de Fox, que me invitó a esta comida por su décimo aniversario, que el hotel tenía 44 habitaciones, lo que antes ocupaban sólo cuatro pisos. Una pasada. Esta terraza es un inesperado espacio natural, un paraíso, en medio de la ciudad.

Mi segunda visita a Ramon Freixa (2013), menú por 75 euros.


Según comenta en su web oficial, la filosofía de su cocina es técnico-emocional: técnica, producto y sentimiento. Nosotros pudimos degustar un menú consistente en snacks en la terraza y, ya en mesa, un aperitivo, tres platos y un postre. Todo regado con un Priorat, Camins del Priorat 2008.
Detalle: la selección de pequeños panes. Freixa, estrella Michelín, ha escrito varios libros sobre cocina. El próximo será sobre los snacks. A nosotros nos sirvieron teja de zanahoria y naranja; bomba de gazpacho (una pequeña bolita que explosionaba cuando la mordías, genialidad); fideos rubios con steak tartar; butifarra negra y patata; croqueta de mejillón y azafrán, y macarrón caprese.
Ya sabemos cómo es este tipo de cocina vanguardista: una variada selección con poca cantidad. Este fue el aperitivo, una miniensalada.
Primer plato: ventresca de bonito cocinada al minuto, sobre patata irregular una ensaladilla. A cada cambio de plato, cambio de cubertería y plato, cada uno en un estilo.
Segundo plato: arroz meloso con butifarra negra y carabinero. Riquísimo.
Tercer plato: mero al horno con albaricoques y almendrucos. Menestra de liliáceas.

Y de postre: chocolate 2011. Y el detalle: cubiertos dorados. Freixa escribió el libro 'Cocina dulce' y comenta en su web que su sueño sería tener una pastelería: "Me encanta el dulce". Así que el postre, si vais, no os lo salteis. ¿Mi valoración? Desconozco el precio de un menú así, fui invitada y no es lo mismo que rascarse uno el bolsillo. Me gustó la atención del personal, el detalle de la vajilla, etc., y la originalidad de algunos platos. Tal vez lo peor fueron algunos snacks no tan buenos como esperaba y el postre: el chocolate estaba duro y no me pareció nada excepcional. Pero Ramon Freixa es muy recomendable para quien quiera experimentar con la cocina moderna sin olvidar los platos tradicionales. Debajo, la piruleta que nos regaló Fox por estos 10 años.

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