En el episodio 8x8 de Mujeres desesperadas, Bree coge un arma. Vance la acosa sin miramientos. Carlos es un alcohólico a punto de perder su trabajo. En su ausencia, Gaby intenta seducir a un cliente bastante potente de la empresa de su marido por temor a que se le escape. Susan por fin consigue que la respeten como pintora y expone su macabro cuadro contra su voluntad. Pero, sin duda, LA HISTORIA ha sido la de los Scavo. Lynette recibe un ramo de rosas por su aniversario de boda. Tom no parece olvidarla. Para compensarle le lleva a su apartamento una botella de whisky, como hacían cada año. Cuando pretende dejarla sobre la mesilla, entre su ex con su ligue. Escondida bajo la cama, con su reciente permanente, toda esplendorosa y animada, y la maldita botella, Lynette está a punto de sufrir una caidita de Roma extraña. Con una cara de asco de Guiness, sale de ahí debajo y se enfrenta a su marido. Colofón: Tom no le envió las flores, bueno, sí, la floristería, por un encargo que él hizo hace años para que nunca se le olvidase. Vemos entonces como a Lynette se le cae al suelo el alma, la dignidad, los años, la felicidad y, sobre todo, la esperanza. Lynette se rompe. Lo raro es que no le dé a la bebida, como sí lo hace al final del episodio Bree, ex alcohólica reincidente entonces. En Wisteria Lane no se fuma, no, pero beber, aquí bebe todo dios.Mujeres regresa el 4 de diciembre!
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