
Además de hacer superpublicidad de
Clarins, cuando
Keira Knightley entra a la farmacia en busca de compresas, la actriz, que interpreta en
London Boulevard a una actriz acosada por los paparazzi, luce un extraño flequillo que, junto a las gafas de sol, le tapan lo que es toda la cara. Curioseando en YouTube descubro al líder de los
Yardbirds (vídeo) cantando el temazo de la peli,
Heart Full of Soul, con similares pintacas. El debut como director de
William Monahan bebe de sus ídolos -fue guionista de
Infiltrados (Scorsese) y de
Red de mentiras (Ridley Scott)- y de, claro está,
Guy Ritchie. Colin Farrell actúa como en Escondidos en Brujas (su mejor papel) pero en serio.
Ray Winstone (¡lo que gana una peli con este tío!) revive su personaje de Al límite con Mel Gibson. Lo mejor:
David Thewlis, su ayudante porrero, muy parecido a un Rhys Ifans en la vida de Sienna Miller cuando estuvieron juntos (o así me los imagino yo) y
Anna Friel, como hermana de Colin, que parece una alocada Sienna Miller (esos modelitos ultrafashion). Lo peor:
Ben Chaplin con el pelo lamido, en plan atontado, inaudito, y ese poli,
Eddie Marsan, que parece sacado de un cruce entre
Life on Mars y el Sean Penn de Carlito's Way. La peli no es la bomba, pero entretiene.
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