
El handicap de Séptimo es que es demasiado corta y Prisioneros, por el contrario, se hace demasiado larga. Pero mejor que sobre a que falte. Mientras la primera arranca muy fuerte y va cayendo en picado, hasta que te hueles quién es el secuestrador y terminas por no entender nada de sus motivaciones (es absurdo y duele); Prisioneros te mantiene toda la película sin saber qué pasa en realidad. Pero, como digo, Séptimo transcurre en un día, lo que creo que de inicio es una mala idea (a no ser que el desarrollo sea la bomba que no lo es), por no hablar de que no hay mucho sospechoso que rascar y que no llegamos a conocer en ningún momento a estos personajes.
A partir de aquí, spoilers
Séptimo. El problema es contratar a Belén Rueda para que salga dos minutos. Nadie se cree que vaya a hacer de la madre de los niños que quiere divorciarse de Darín, sin más. Sospechosa desde que no hay personajes de los que desconfiar realmente, lo peor es su motivación: el policía le ayuda a secuestrar a sus hijos en casa de una vecina para presionar a su marido y así que éste le firme los papeles del divorcio. Como si Darín no lo fuese a hacer, cuando le vemos un tipo bastante diplomático. El personaje de Belén Rueda apenas hace nada, pero cuando lo hace da las suficientes pistas como para saber que es ella.
Prisioneros. Además de ser demasiado larga, creo que el único pero que le puedo poner a la historia es que no me creo que los vecinos traguen con los métodos de Hugh Jackman cuando secuestra y apaliza al sospechoso. Tampoco se nos cuenta realmente cómo puede escapar la primera niña de la casa y qué es lo que pretendía hacer la loca de la vecina con ellas.
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