Los ingleses son los reyes del dulce. Y ya.
Mercadillos callejeros, outlets, rebajas, tiendas de segunda mano... Londres está lleno de oportunidades, aunque la libra esté un pelín más cara que el euro (1,30).
Dentro de Covent Garden, espeluznante. Te hacen tu propia máscara mortuoria, aunque riéndote, morboso. Y lo llaman TheLife-LikeProject.
Las terrazas de Covent Garden. En el toldo negro: Dirty Martini. Ideal.
Al loro el tipo encaramado a esa especie de visor de submarino de madera.
Charlot haciendo charlotadas. El parecido físico es increíble.
Y paella, con extra de chorizo (OMG!)
Luego bajé por Lancaster hasta el puente de Waterloo, donde pude hacer estas foticos panorámicas de un lado y otro del río Támesis.
Al fondo se ve el Big Ben, en el puente Westmister, y el London Eye, la famosa noria de la muerte. Me dan pánico las norias, que quieres que te diga, y más ésta: es la más grande del mundo, tarda media hora en dar la vuelta y el viajecito es caro (15 libras).
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