2.1.12

Crítica. El cambiazo, con Jason Bateman y Ryan Renolds, otro bromance vulgar


Siento la grosería. Pero si al comenzar una comedia con Jason Bateman vemos cómo un bebé le caga en toda la boca, una de dos, o a) nos salimos del cine y decidimos ver La Noria, que para el caso es la misma mierda, o b) nos preguntamos de qué será capaz el aparentemente apocado actor (de Ryan Reynolds una ya se lo espera todo) para ganarse el pan. El cambiazo no es de los Farrelly ni de Judd Apatow, pero David Dobkin (De boda en boda) sigue sus mismas reglas: tíos heterosexuales blancos incapaces de entenderse con las mujeres que aprenden a base de situaciones chabacanas y vulgares (que no irreverentes).

El mediocre guión de Jon Lucas y Scott Moore está a años luz de la entretenida y, al menos, original Resacón en Las Vegas, también de la pareja. Aquí de lo único de lo que se arrepienten nuestros protagonistas es de mear en una fuente. Olvídate de la pitonisa de Big: hasta para hacer efectivo el conjuro necesitan tirar de sus penes. Y así es como estos amigos del alma (otro bromance más para la temporada) intercambian sus papeles: el padre de familia y workaholic (Bateman) desea recuperar los fiesteros años de soltería de los que aún disfruta su colega (Reynolds), cansado de seguir siendo un don nadie. Todo lo que vemos es previsible y, en ocasiones, vergonzante (los chistes sexistas a costa de los personajes de Leslie Mann y Olivia Wilde apestan). Sin Bateman y Reynolds te saldrías de la sala. Pero algo te empuja a quedarte, como si de un reality show se tratara.

Curiosidades sobre bromances e intercambios. Hay niños que sueñan con ser grandes (Big) y, al revés, peterpanes que regresan al insti (17 otra vez). Padres que se transforman en sus hijos (De tal astilla, tal palo y, en su versión femenina, Ponte en mi lugar) y, como en El cambiazo, amigos que intercambian sus antagónicas vidas. Una excusa la del director David Dobkin, un experto en bromances (Los rebeldes de Shangai, De boda en boda y la próxima Arthur & Lancelot) para reincidir en uno de los temas de moda. Para más inri, firma el guión la dupla Jon Lucas y Scott Moore (Resacón en Las Vegas). Superfumados o supersalidos o, simplemente, hermanos por pelotas, las pelis protagonizadas por dos friends funcionan. Y no hablamos sólo de niñatos (Colega, ¿dónde está mi coche?). El actor Kevin James, por ejemplo. Adam Sandler y el cómico se declararon marido y marido (ojo, que a Sandler siempre le dirige Dennis Dugan); Vince Vaughn defendía su honor a machete en ¡Qué dilema!, y hasta Will Smith le dio clases de seducción en Hitch. ¿Te suena? Revisa Crazy, Stupid, Love... ¡Alerta bromance!

Otros ejemplos de películas con bromance o rollito colegas. Jay y Bob el Silencioso; la saga Dos colgaos muy fumaos; Ben Stiller y Owen Wilson (10 pelis juntos). Paul Rudd sufrió a Steve Carell, en La cena, y a Jason Segel, en Te quiero, tío. No se conocían de nada, pero ¡quién lo diría! Parejas animadas como Shrek y Asno y como Epi y Blas. Los juguetes Woody y Buzz Lightyear se quieren... ¡hasta el infinito y más allá!

[Crítica y comentarios publicados en Cinemanía]

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