
Desconcierta el tempo, lento, detallista (la lágrima, el anillo de casada que se desliza bajo la ducha, etc) y con algunos momentos un tanto surrealistas. Por ejemplo, ella no puede dormir y mete al otro en la cama para que le rasque la oreja como hacía su marido. ¿Pero alguien se va a meter en la cama con Halle Berry SÓLO para rascarle la oreja? Hay una escena en la que sale Benicio del Toro de la ducha (no te digo más) y ella, como que no. ¿Pero alguien se cree esto? Hay química sexual desaprovechada.
Y, luego, el título. Las cosas que se perdieron en el fuego son cosas materiales de las que no importan, que perdió la familia en un incendio. "Aprovecha las cosas buenas de la vida" le decía siempre Duchovny. Pues esto dos no lo hacen.
Lo mejor: Benicio del Toro escucha Sweet Jane cantado por la Velvet; cuando se queda catatónico tras un subidón; cómo logra que el chaval meta la cabeza en la piscina y la reacción de ella; el hermano tragón de Halle Berry (por lo que la aguanta y por lo gordo que está).
Lo peor: David Duchovny (y eso que me encanta en Californication) repite papel; las caras de Monster's Ball de Halle Berry; los pelos de los hijos; las reuniones de adictos y, en concreto, Alison Lohman; la amiga de Halle Berry que se parece a Oprah que no pinta nada.
Cosas que perdimos en el fuego (que no, no es un título de Isabel Coixet) se estrena el 25 de abril.
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